30 de mayo de 2012

Y cuando ya no esperaba nada de ti,
tú, tan imprevisible como siempre,
vas y me sorprendes una vez más.

Apareces de la nada con tu sonrisa perfecta,
actuando como si jamás te hubieses ido.

Me miras fijamente,
consiguiendo erizar mi piel como siempre.

Tus silencios estudiados,
hacen que espere ansiosa tus argumentos sin sentido.
Argumentos que en tu boca, suenan diferente.

Con el leve roce de tus dedos
me haces olvidar mis sentimientos por un instante.

Siempre supiste confundirme.

Pero no vas a conseguir que olvide.
Esta vez será diferente.

Tu pose perfecta llena de elegancia y sutileza,
no hará que borre todas las anomalías extrañas del pasado.

Un adiós sin despedida.
Una promesa rota, y otras muchas incumplidas.

No necesito imperfecciones en mi vida,
no te necesito de esa forma.