Trato.

Te propongo un trato.

Es fácil, y nada aburrido para ti.

Creo que te resultará atractivo, ¿no?

Bésame.

Da igual dónde.

No importa cuándo.

Obviemos los por qué....

Tan sólo, bésame.

Que nada ni nadie a nuestro alrededor perturbe

el deseo de fundirnos en un momento que nos haga desaparecer.

Bésame.

Cuando me mires a los ojos.

Notes mi respiración alterada.

Bésame.

Si me quedo en silencio.

Con la cabeza sobre tu pecho.

Bésame.

Sólo eso....

Que no importen las miradas de ojos extraños,

ni los rumores de indecencia...

Bésame.

La curiosidad mató al gato....

Intentas saber de mí, leyendo pedazos de mi vida.

Pero no puedes asegurar que sean ciertos.

Nadie puede. En ocasiones, ni siquiera yo.

Tal vez algún día, descubras alguna verdad.

O quizás no.

Tampoco importa mucho, pero cuidado....

Igual no te gusta lo que encuentras.

Aún no hay nada interesante para tí.

Decidí no darte importancia.

Pero se que me sigues, buscando resolver tus dudas....

Tengo una pregunta para tí...

¿Realmente quieres conocer la história?

Aunque duela, y abra heridas

que todavía no estan cicatrizadas...

Piensalo bien antes de responder.

Porque si tu respuesta es que sí...

no hay vuelta atrás...

y hay palabras que duelen más que mil balas de plata.

¿Por qué?

Llega el otoño y con él, apareciste de nuevo. Intentando calmar frío que nos invadía poco a poco. Pero yo, me había prometido olvidarte. Ya no quería ser ese juguete que dejaste olvidado en un rincón...

Fotografía: Francisco J. Moreno


De pronto vuelves, con una sonrisa. Como si nada hubiese pasado, nunca hubieses dicho palabras dolorosas, ni roto promesas que yo nunca te pedí. Aquel futuro que nunca llegaba...
¿ Acaso piensas que no recuerdo nada? Cierto es que no tomaba en serio esas promesas, pero no quiere decir que las haya borrado de mi mente.

Y hoy apareces, pretendiendo comenzar de nuevo.
No.
No quiero ser aquel juguete otra vez.